lunes, 20 de octubre de 2014

Vida plena: la persona que funciona integralmente (Carl R. Rogers)

Carl Rogers, psicólogo humanista, describe algunas características que encontró en pacientes cuya terapia, que denominó "centrada en el cliente" fue realizada con éxito.

      En primer lugar, y tras muchas observaciones y reflexiones a través de los años, llega a la conclusión de que la vida plena es un proceso, no una situación estática. La vida plena tampoco es un estado de virtud, ni de resignación, éxtasis o felicidad, ni una condición en la que el individuo se encuentra adaptado o realizado. Estos términos sugieren que con sólo alcanzar uno o varios de estos estados, se habrá logrado el objetivo de la vida. Sin duda, para muchas personas la felicidad o la adaptación son sinónimo de una vida plena, sin embargo, otras se sentirían insultadas si se las calificara de "adaptadas", "resignadas" o incluso "realizadas". La vida plena es una orientación, no un destino. En resumen, la vida plena, según la experiencia de Rogers, es el proceso de movimiento en una dirección que el organismo humano elige cuando interiormente es libre de moverse en cualquier sentido.
      Las características de este proceso en movimiento, según lo observado en los pacientes en tratamiento son las siguientes:

- Una mayor apertura a la experiencia. 
      La actitud de apertura a nuevas experiencias supone el polo opuesto a la defensa. La defensa es la respuesta del organismo a experiencias que se perciben o anticipan amenazadoras, incoherentes con la imagen que el individuo tiene de si mismo o de su relación con el mundo. Es muy difícil ver con exactitud los propios fenómenos emocionales y sentimientos que discrepan con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Gran parte del proceso de la terapia, consiste en descubrir constantemente que experimentamos sentimientos y actitudes que hasta entonces no habíamos sido capaces de advertir y aceptar como parte de nosotros mismos.
    Cuando estamos abiertos a vivir nuevas experiencias, no necesitamos poner en marcha constantemente los mecanismos de defensa. El organismo se permite percibir los estímulos con todas sus cualidades y dimensiones, la persona "vivirá" el estímulo, que sería totalmente accesible a la conciencia. La persona que se abre a la experiencia adquiere mayor capacidad de eschucarse a sí mismo y sentir lo que ocurre en su interior; se abre a sus sentimientos de miedo, desánimo y dolor, así como a los de coraje, ternura y amor.



- Tendencia al vivir existencial
      Una segunda característica del proceso de una vida plena consiste en una mayor tendencia a vivir íntegramente cada momento. La persona deberá reconocer que "lo que yo sea y haga en el momento siguiente dependerá de ese momento, y ni yo ni los demás podemos predecirlo de antemano". El sí mismo y la personalidad emergen de la experiencia, que no debe ser distorsionada o moldeada para ajustarse a determinada estructura del sí mismo. Esto significa que el individuo se convierte a la vez en observador y partícipe del proceso de la experiencia. Este vivir en el momento no significa ausencia de estructura, sino un máximo de adaptabilidad y organización fluida y cambiante del sí mismo y la personalidad.



- Mayor confianza en el organismo
      Cuando tomamos decisiones y elegimos el rumbo que tomaremos en determinadas situaciones, muchas veces nos apoyamos en ciertos principios con los que nos identificamos, ya provengan de ciertos sistemas, grupos o instituciones, en el juicio de otros, o en nuestra propia conducta en una situación similar en el pasado. En cambio, las personas que viven lo que Rogers llama vida plena, son capaces de confiar en sus propias reacciones ante una nueva situación, porque han descubierto que si se abren a la experiencia, la orientación más útil consiste en hacer lo que les "parece bien". El estar abierto a la experiencia supone ausencia de miedo y mayor capacidad de percibir los distintos aspectos de una situación, lo cual nos permite considerar cada estímulo, necesidad y exigencia, y sopesar de forma más libre los distintos factores para decidir el rumbo que vamos a tomar. Y si cometemos un error, seremos más capaces de darnos cuenta y corregirlo para cambiar de dirección si es necesario.

- Tendencia a un funcionamiento pleno
      Los tres elementos anteriores se integran en la imagen de la persona que goza de libertad psicológica. Esta persona puede vivir en y con todos y cada uno de sus sentimientos y reacciones; emplea todos sus recursos orgánicos para captar la situación existencial externa e interna; utiliza de manera consciente toda la información que su sistema nervioso puede suministrarle, y permite a su organismo funcionar libremente al seleccionar, entre múltiples posibilidades, la conducta que en ese momento resultará más satisfactoria; confía en su organismo, no porque éste sea infalible, sino porque se encuentra dispuesto a aceptar las consecuencias de cada uno de sus actos y a corregirlos si éstos demuestran no ser satisfactorios.

lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Qué es la depresión?

La tristeza es una reacción normal ante determinadas situaciones de la vida. Es una emoción más, como la alegría, el miedo o la ira. Tras un evento estresante y difícil como la pérdida de alguien a quien queremos, un trabajo, una enfermedad, un problema al que no vemos solución..., sentimos deseos de llorar, apatía, abatimiento, alteraciones del sueño, etc., que se corresponden con el momento que estamos viviendo. Sin embargo, cuando ese estado se prolonga mucho en el tiempo y nos impide hacer una vida normal, podemos estar hablando de una depresión y necesitar ponernos en tratamiento psicológico y/o psiquiátrico. Igualmente, si el estado depresivo no responde aparentemente a ningún motivo o el paciente no se explica de dónde viene su desánimo, es probable que necesite ayuda para averiguar las causas y empezar un camino hacia la recuperación. Muchas personas pasan por experiencias muy difíciles y consiguen salir de ellas con ayuda de sus familiares y amigos, y porque tienen suficientes herramientas para hacer frente a sus problemas. Sin embargo, esto no suele suceder en la depresión.


El síntoma más visible de la depresión es el estado general de tristeza, la pérdida de interés por la vida y por las cosas que antes nos llenaban. Incluso el estado de desilusión y desinterés por todo conlleva muchas veces un sentimiento intenso de culpabilidad que se suma a su estado ya de por sí doloroso. Es frecuente escuchar en consulta a un paciente que dice "es que no sé qué me pasa, no debería sentirme así, tengo una familia estupenda, un trabajo fenomenal, gente que me quiere... sin embargo no sé por qué me siento así". Ese "me siento así" y la mirada de una persona deprimida, nos transmiten una pérdida de la capacidad de disfrutar de todas esas cosas. Y para más inri, la persona se dice lo peor que se puede decir para alimentar su depresión: "no debería sentirme así". La depresión es un trastorno emocional que produce en nosotros cambios importantes en nuestra forma de sentir, de pensar y de comportarnos. A nivel corporal, podemos sentir un cansancio excesivo, trastornos de sueño, pérdida de apetito, disminución del deseo sexual, entre muchos otros. Nuestra forma de pensar también se ve intensamente afectada; sólo podemos ver lo malo de las cosas, interpretamos la realidad de manera sesgada y negativa y nos culpamos por muchas cosas que hicimos o no hicimos, lo cual a su vez, daña profundamente nuestra autoestima. Nuestro estado de ánimo hace que vayamos perdiendo las ganas de hacer cosas, de ver gente, de salir. Arreglarnos y ocuparnos de las necesidades de aseo básicas se nos hace un mundo, incluso levantarnos por la mañana nos puede parecer un grandísimo esfuerzo. Ese círculo de pasividad y baja energía puede llegar a extremos en los que la persona no se sienta capaz ni de ir a trabajar.


Algunos consejos para familiares


La depresión y sus causas ha sido uno de los temas que más interés han despertado para los profesionales de la salud, ya que es el trastorno emocional más extendido y probablemente uno de los que puede causar más daño al que lo padece y a los que están a su alrededor. La respuesta de amigos y familiares ante la depresión de un ser querido, es un tema que merece especial atención. Las personas que conviven con una persona que padece depresión también sufren. Generalmente no entienden el por qué de la situación ni saben cómo actuar. Incluso es común intentar "que se anime", proponiendo al enfermo hacer algunas actividades que a éste no le apetecen lo más mínimo. Para el enfermo es muy difícil explicar cómo se siente y el familiar se puede encontrar perdido. Al principio, y si la depresión tiene un origen externo claro (es decir, deriva de una experiencia personal determinada a raíz de la cual la persona ha desarrollado el cuadro), los familiares responden con ternura, atención y dedicación. Pero si después de unos meses la depresión no mejora, es posible que la familia vaya acumulando preocupación, estrés e incluso crispación y enfado con el enfermo. Pueden pensar que éste no está haciendo lo suficiente, que no se esfuerza. Más tarde pueden tener sentimientos encontrados; a veces, sienten compasión y afecto; otras, se sienten utilizados y piensan que el deprimido es un egoísta. También es común  tener sentimientos de culpabilidad por no tener paciencia, crece el miedo por no saber si se saldrá de la situación, etc.
   En ocasiones, la comunicación se hace muy difícil, porque cuando el enfermo se anima a contar cómo se siente, los que están a su alrededor le discuten, le interrumpen, le dicen que lo que piensa es una tontería... todas estas conductas que intentamos para "animar y ayudar" a los que queremos, no hacen sino perpetuar el problema. Debemos entender que le estamos cohartando su voluntad de hablar y le estamos censurando su manera de sentir. Por tanto, es normal que el enfermo piense que nadie el entiende, y peor aún, que ni siquiera le escuchan. Aprendamos a ser respetuosos y a aceptar que si una persona se encuentra mal, se encuentra mal. Démosle la oportunidad de que se exprese. El primer paso es que él mismo lo reconozca, y como personas que le queremos, que lo reconozcamos también nosotros. No le censuremos ni juzguemos. Escuchemos con cariño y después ya hablaremos de los remedios y la ayuda.


 Algunos consejos que podemos poner en práctica:

  •  Entender qué es la depresión, sus síntomas y causas. Es fundamental entender que la apatía, la inactividad y la tristeza que siente la persona deprimida, le impide salir por su propia voluntad de ese estado. Cuanto más entendamos y conozcamos las caras de la depresión, mayor será nuestra comprensión y aceptación del problema de la persona que queremos. De esta manera, iremos reduciendo nuestro enfado con ella. 
  • No preguntarle continuamente cómo se encuentra y por qué está triste. A veces no existe una razón lógica que el enfermo pueda exponer y preguntarle sólo le pone nervioso. Es más positivo mostrarse normal y hablar de otros temas. Incluso, es especialmente aconsejable no prestarle demasiada atención cuando muestre algún comportamiento depresivo como llorar, autolamentarse o quejarse. Si por ejemplo llora, podemos estar junto a él y abrazarle, pero en silencio y lo más tranquilos posible. Cuando exprese una queja sobre sí mismo, no intentar cambiar su opinión y discutirle, sino esperar a que se le pase y al cabo de un rato, cambiar de tema (a ser posible un tema agradable o neutro).
  • Felicitarle por sus pequeños logros: cada paso que nuestro familiar haga, como dar un pequeño paseo, colaborar en una tarea doméstica, reírse o participar en una conversación, debemos hacerle ver que lo valoramos y que entendemos el esfuerzo que le supone. 
  • Proponerle actividades placenteras y fáciles de llevar a cabo. Es importante que las actividades que le propongas sean adecuadas al nivel de actividad que en ese momento sea capaz. Si son muy difíciles le supondrán excesivo esfuerzo o frustración. Puede ser algo que antes le hacía disfrutar, y cuando le acompañes, muéstrate relajado y natural, no le agobies con preguntas sobre cómo se encuentra o cómo se lo está pasando. Un buen momento para hacer algo es cuando detectemos que comienza una bajada del estado de ánimo; le ayudaremos a distraerse y tomar un pequeño respiro.
  • Apoyar al médico y/o psicólogo en el cumplimiento de la terapia. Este es un aspecto muy importante, ya que algunos enfermos se muestran muy reacios a seguir un tratamiento, porque creen que no sirve para nada, porque les cuesta mucho acudir a la cita... Anímale a que cumpla con sus prescripciones médicas, tanto de acudir al especialista como de tomarse la medicación si el médico lo ha indicado. El psicólogo también nos informará de la evolución del enfermo y dará indicaciones a la familia que deberemos seguir para estar en consonancia.

domingo, 7 de septiembre de 2014

DIEZ REGLAS PARA AFRONTAR EL PÁNICO




Las diez reglas para afrontar el pánico deMathews et al.1981, son las siguientes: 
  • Recuerda que las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés.
  •  No son , en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente desagradables. No sucederá nada peor.
  •  Deja de aumentar el pánico con pensamientos atemorizantes sobre lo que está sucediendo y a dónde podría conducir.
  •  Observa lo que está sucediendo en tu cuerpo realmente ahora, no lo que temes que pudiera pasar.
  •  Espera y deja tiempo al miedo para que pase. No luches en contra, ni huyas de él. Simplemente acéptalo.
  • Observa que cuando dejas de aumentarlo al añadir pensamientos atemorizantes, el miedo comienza a desaparecer por si mismo.
  • Recuerda que el objetivo fundamental de la práctica es cómo afrontar el miedo sin evitarlo. Por tanto, ésta es una oportunidad de progresar.
  • Piensa en el avance que has conseguido hasta ahora, a pesar de todas las dificultades. Piensa en lo satisfecho que estará cuando lo consiga esta vez.
  • Cuando comience a sentirse mejor, mire a su alrededor y empiece a planear qué va a hacer a continuación.
  • Cuando estés preparado para continuar, comienza de forma tranquila y relajada. No hay necesidad de esfuerzo, ni prisas.


lunes, 7 de julio de 2014

Retrato de una persona psicológicamente sana

Fuente: "Bienestar, autoestima y felicidad" Raimon Gaja Jaumeandreu


Si desea saber si es una persona psicológicamente sana, repase los siguientes puntos que se enumeran a continuación. Responden a los 13 criterios que propone Albert Ellis


                                                                        
1. Siente interés por sí mismo

Cuida su aspecto físico, su equilibrio emocional y su enriquecimiento intelectual y social. Cree en sus posibilidades y acepta sus limitaciones



2. Tiene intereses sociales
Usted ha optado por la integración en lugar de por el aislamiento social. Se ocupa de ampliar y cuidar sus relaciones sociales
                                                     


3. Es responsable de sí mismo

Es usted autosuficiente. Resuelve sus problemas sin esperar que otros lo hagan por usted. Crea su propio autoconcepto sin permitir que otras personas influyan negativamente en él.



               4. Es tolerante con los errores
Reconoce que todo el mundo tiene derecho a equivocarse, incluido usted mismo. Intenta modificar aquellos aspectos que pueden cambiarse de las cosas negativas, y acepta sin frustración aquellos inamovibles.


5. Es flexible

Es una persona de mentalidad abierta, dispuesta a aceptar cambios.


6. Vive el presente

Usted sabe que la vida es un continuo flujo de cambios. En lugar de vivir preocupado por lo que le pueda deparar el futuro, no se obsesiona con él ni supedita su presente a un futuro incierto.



7. Realiza actividades

Usted tiene interés por muchas cosas, se mantiene activo y tiene pocas posibilidades de sentirse solo y de llevar una vida monótona



8. Practica el pensamiento racional

Usted mantiene un pensamiento objetivo y racional. Sabe 
autocontrolar su pensamiento y sus emociones. 




9. Se acepta a sí mismo

Usted se acepta a sí mismo y no mide su valía por sus éxitos ni por el juicio que los demás hagan de usted.






10. Toma decisiones

Usted asume riesgos, no posterga indefinidamente la toma de decisiones por miedo al fracaso



11. Acepta el término medio

Acepta que los absolutos son imposibles, y que las personas y los acontecimientos no pueden ser totalmente perfectos. Prefiere disfrutar de las cosas tal y como son.


12. Se responsabiliza de su vida

Usted acepta que el responsable de que su vida en general adopte un cariz u otro depende de usted mismo, de su conducta y de las opciones que toma cada día


13. Tiene un proyecto de vida

Usted vive el día a día, pero a la vez, tiene un proyecto de vida a largo plazo.


jueves, 26 de junio de 2014

Aquí y ahora


Para ser capaces de vivir el momento presente poniendo nuestra atención en aquellas cosas que estamos haciendo o que en este momento queremos, es indispensable ser dueños de nuestra mente. Muchas veces "somos pensados" por ella y no al revés. Es vital poner nuestra mente a nuestro servicio, tenerla de nuestro lado, para que no divague, se disperse y escape sin control, provocándonos pensamientos muchas veces negativos, obsesivos, dañinos... Y para ello es de gran ayuda, o más bien fundamental, poner en práctica técnicas de relajación y meditación. Un estado de calma es lo primero a lo que debemos aspirar antes de enfrentarnos a un problema. Una mente clara y tranquila está más predispuesta a ver la solución y a aprender cosas que nos ayuden a crecer día a día.
Existen muchas técnicas de relajación, desde muchas disciplinas, y todas ellas tienen por comienzo aprender a respirar. Una vez conseguimos una relajación calmada y cómoda, aprendemos a relajar nuestro cuerpo físico, deshacer tensiones y nudos, percibir y atender cada parte de nuestro cuerpo. Y más adelante, cuando hemos entrado en un estado de relajación profunda, estamos preparados para trabajar con nuestra mente.

Una técnica de relajación muy utilizada es el método de relajación progresiva de Jacobson. Consiste en tensar y relajar grupos musculares. El hecho de poner nuestra atención en  una parte concreta de nuestro cuerpo y tensarlo, facilita que sintamos de forma más poderosa la relajación que se produce al destensar.
Aquí os dejo una relajación guiada para que la podáis descargar en mp3:
http://www.ivoox.com/relajacion-guiada-progresiva-jacobson-audios-mp3_rf_290035_1.html


Una cosa importante que sucede cuando hacemos relajación corporal, es que tenemos la mente centrada, enfocada en cada parte del cuerpo que vamos recorriendo. De alguna manera, visualizamos nuestro interior. Comprobaremos a menudo, que sin darnos cuenta nuestra mente ha escapado y está pensando en otras cosas, constantemente parece que la atención se dispersa, se aleja del estado de concentración. No importa, volvamos a enfocarla y sigamos. Es normal sobre todo al principio, pero con la práctica seremos cada vez más capaces de dominarla.



La visualización creativa es también un método muy poderoso, pues además de relajarnos, nos facilita llegar a otros estados de conciencia más profundos en los que podemos llegar a conectar con partes de nosotros mismos más inaccesibles y escondidas, e incluso trabajar distintas emociones, necesidades, y sentimientos que necesitamos reforzar en nuestra vida. Controlar y dirigir nuestra mente de forma consciente puede darnos un poder inmenso para controlar y dirigir nuestro destino personal. 
   Os dejo un enlace de una guía gratuita sobre visualización creativa: 

http://www.elpodermente.com/Documentos_Libros-Denning%20y%20Phillips%20-%20Guia%20Practica%20A%20La%20Visualizacion%20Creativa.pdf